Archivos Mensuales: octubre 2010

La sonrisa anarquista de Fo

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Las letras y la política siempre han mantenido una estrecha relación dentro del pensamiento social, máxime cuando el ejercicio intelectual de la literatura se convierte en un primer momento en ese vehículo promotor tan buscado de lucha para la política opositora de los viejos convencionalismos, en segunda instancia cuando se vuelve en un estilo de vida a fin de hacer frente al aparato represor y finalmente el ser una manera de denuncia ante las injusticias cometidas por los estratos políticos más altos.

La historia nos habla acerca de grandes escritores, periodistas, luchadores sociales y pensadores que han utilizado la pluma, el papel y sus ideas para formar una legión de literatos, que han encontrado en los libros un enorme refugio que ha soportado las férreas asperezas provenientes de quienes ellos han denunciado.

Tales son los casos de Mario Benedetti en Uruguay, Albert Memmi en Túnez, Gao Xingjian en el territorio chino, Shalman Rusdie enla Indiao Dario Fo en Italia, donde este último ha adquirido con el gobierno de su país una posición encontrada, debido a su ideología izquierdista y radical en cuanto al quehacer político se refiere.

Y es que las obras de este escritor de teatro italiano, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1997, son conocidas como irreverentes, desvergonzadas, mordaces, anarquistas o revolucionarias, porque la escritura con la que están plasmadas tienen un único objetivo: criticar sin piedad al poder político cuando éste busca el poder por el poder mismo.

Lo que Fo logra en sus libros, es un despertar de conciencias muy perturbador que sólo la sagacidad, de quien es también actor y dramaturgo, puede lograr gracias a su lucidez, donde la vorágine provocada por el capitalismo no escapa a su pluma, en la que la hiedra venenosa de la mafia lo ha atrapado y para no ser devorado la combate escribiendo sobre ella y finalmente, el juego de moralidad que el Vaticano practica lo denuncia en sus decenas de obras sin callarse nada.

Nacido en San Giano el 24 de marzo de 1926, Dario Fo forjó una sólida carrera en el mundo de la actuación desde su juventud, ya que estudió enla Academiade Bellas Artes de Brera en Milán, y al egresar de este instituto comenzó su vida teatral, en la que pronto dio muestra de su talento como escritor y denotó un estilo inagotable de controvertidas sátiras políticas.

A pesar de que esporádicamente ha incursionado en el mundo de la televisión y de la radio –literariamente–, por razones de censura siempre ha vuelto al mundo del teatro, lugar en el que debido a la comodidad con la que se desenvuelve, le permite presentar los problemas políticos de nuestro tiempo en obras animadas escritas desde el punto de vista de la izquierda política.

Dario Fo posee un talante abrupto e ingobernable, que el tiempo ha ido perdonando, convirtiendo su cinismo en arte, su socarronería en una habilidad para cautivar con el poder de la palabra escrita y actuada, y su ingobernabilidad en la conquista privilegiada de millones de estanterías en todo el mundo.

Junto a su esposa, la actriz Franca Rame, ha fundado en distintas etapas del tiempo diversas compañías de teatro, siendo las más sobresalientes la Dario Fo-Franca Rame, que se mantuvo por casi diez años; posteriormente conformaron una cooperativa teatral asociada al Partido Comunista, Nuova Scena, brindando espectáculos en fábricas y clubes de trabajadores, lamentablemente los desacuerdos políticos con el partido los llevaron a nuevos proyectos.

Entre las obras más conocidas y controvertidas de Fo se encuentran Los arcángeles no juegan a las máquinas de petaco (1959), Muerte accidental de un anarquista (1970), Aquí no paga nadie (1974), El país de los Murciélagos (2002) y en el 2003 publicó L’anomalo bicéfalo, un libro en el que presenta un retrato irreverente y crítico del primer ministro italiano Silvio Berlusconi.

Dario Fo, un actor, escritor de teatro y crítico que como muy pocos se atreven a denunciar los males del sistema en el que viven, y que como muchos padecen las consecuencias de sus propios actos.

Invariablemente un artista total que siempre mantiene una sonrisa en el rostro por la dicha de la vida y por la alegría de desdoblarse en la escritura.

Jorge Iván Garduño
Fotógrafo, escritor y periodista mexicano.
jorgeivangg@hotmail.com
@plumavertical

La apuesta radical de Cristina Rivera Garza

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Con una formación en historia latinoamericana por la Universidad de Houston, la escritora mexicana Cristina Rivera Garza ha creado una obra denominada transgénica, pues entrelaza múltiples disciplinas en su trabajo literario, el cual es posible leer en dos idiomas: castellano e inglés.

Sin embargo, una de las mayores peculiaridades que sus libros tienen es la de hablarnos de los límites físicos entre dos pueblos, pero sobre todo, de los límites, diferencias y fronteras internas que existen en el ser humano; porque no hay comunidad humana compleja que no tenga sus propias fronteras.

Y es que el periplo que la ha traído en constantes mudanzas desde los límites de Matamoros con Brownsville, la frontera de Tijuana con San Diego o la zona circunvecina entre Toluca y la ciudad de México, la han motivado –incluso ella misma sin saberlo ni propiciarlo–, a escribir sobre la experiencia fronteriza que no sólo se reduce a un espacio geográfico, ya que en todo lugar físico o mental siempre encontraremos diferencias y otredad.

Comprender “al otro” es un ejercicio intenso y alucinante que Rivera Garza experimenta con la literatura, ya que el proceso de leer y el de escribir nos brinda la posibilidad de salir de uno mismo y correr el riesgo de sentir el incendio que ocurre en la piel de otra persona, con toda la complejidad que esto conlleva.

La literatura de Cristina Rivera Garza tiene la facilidad de arrojarnos al espejo, de multiplicar nuestros sentidos hacia “lo otro” a fin de que podamos comprender un poco lo que nos rodea, tener esa posibilidad nos vuelve más humanos, nos confronta, nos reta y nos cuestiona partiendo de nuestra individualidad hacia el mundo infinito de la otredad.

La fuerza de esta artista por la literatura surge de una necesidad de la escritura, y después de una devoción, un gusto y un compromiso con el ejercicio literario, por el hecho de materializar el pensamiento, pero también por el gran placer de ver cómo se va componiendo una página, una frase, un párrafo, cómo se van engarzando palabras, cómo se van paseando las ideas para vestir el conjunto de un libro, cómo se plasman frases casi vacías o silencios sincopados que pueden ser retomados por el que los lee.

Ese momento fundamental que produce la escritura, que es el de estar a solas frente a una página o una pantalla en blanco en un rincón frente al lenguaje y nada más, es el que a Rivera Garza le produce un vértigo maravilloso, una aventura extrema por sentirse una orfebre solitaria que pone en riesgo su propia alma dada la carga emocional con la que su obra está escrita.

Lugares encerrados, paredes altas, el desierto, el mar… son temas recurrentes en sus novelas que le brindan al lector una sensación de realidad disonante, que al conjugarse con sus grandes obsesiones como la locura, la muerte, la debilidad, la vulnerabilidad, las grietas que se abren en el cuerpo, la psique y el mundo de la enfermedad, recrean paisajes estrechos en constante cambio, lugares llenos de colores, con texturas firmes y espacios en el que la luz juega una relación estrecha con la perspectiva de los personajes.
Los textos de Cristina Rivera Garza han sido publicados en antologías, diarios y en diversas revistas nacionales e internacionales, además de ser traducidos al inglés, italiano, portugués, alemán, coreano, francés y esloveno, por lo cual el escritor Carlos Fuentes ha dicho de esta autora que es en la actualidad “una de las voces más importantes de la joven generación de autoras y autores mexicanos y latinoamericanos”, asimismo al hablar de su novela Nadie me verá llorar[i] mencionó que es “hermosa y perturbadora”.

Cristina Rivera Garza, una escritora en que ciertamente la palabra perturbadora podría ser el adjetivo ideal para definir su prosa.

Ha sido acreedora de la beca Jóvenes Creadores del FONCA en dos ocasiones, se le ha otorgado la Beca Salvador Novo, además de que pertenece al Sistema Nacional de Creadores Artísticos desde 2007; ha impartido cátedra de Historia de México y latinoamericana en diversas universidades de los Estados Unidos y de México.

Categóricamente la escritura de Rivera Garza es una letra que no da concesiones a nada y que explora la otredad y los límites humanos.


1 Premio Internacional IMPAC-Conarte-ITESM, 1999; Premio Sor Juana Inés de la Cruz, 2001.
 
Jorge Iván Garduño
Fotógrafo, escritor y periodista mexicano.
jorgeivangg@hotmail.com
@plumavertical
 
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