Archivos Mensuales: diciembre 2007

Allí, donde se amontonan tantos huesos sin nombre

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Una portentosa novela póstuma titulada 2666 (Anagrama, 2004), vuelve a convertir a México en el centro de atención del escritor chileno Roberto Bolaño (1953-2003); el país en el que pasó los primeros años de su largo exilio.

México nunca dejó de ser escenario de sus fabulaciones; seducido por sus habitantes, por la furia de éstos y su desparpajo para vivir la vida, muestra de ello es su mítica novela Los detectives salvajes:[i] <<La gran novela mexicana de su generación, expresión del desarraigo literario visceral de los latinoamericanos>>.

Con 2666, Roberto Bolaño escribió la obra más ambiciosa de su carrera no sólo por su extensión –alcanza las mil 128 páginas en un único volumen–, sino por el tema mismo: los asesinatos de mujeres al norte de nuestro país.

2666 es una fecha, una fecha inscrita en una lápida póstuma, que, <<se parece sobre todas las cosas a un cementerio, pero no a un cementerio de 1974, ni a un cementerio de 1968, ni a un cementerio de 1975,[ii] sino a un cementerio de 2666, un cementerio olvidado debajo de un párpado muerto o nonato, las acuosidades desapasionadas de un ojo que por querer olvidar algo ha terminado por olvidarlo todo>>.[iii] Una lápida, pero una lápida colectiva, que no por casualidad está erigida en la ciudad fronteriza de Santa Teresa, que no es otra que Ciudad Juárez, en el desierto de Sonora, allí donde se amontonan tantos huesos sin nombre.

La novela está dividida en cinco partes, en la que la sombra de un escritor llamado Benno von Archimboldi, seudónimo de un escritor alemán, parece atravesar la historia negra del siglo XX sólo para llegar a la frontera de México con Estados Unidos, donde hay quien dice que ha sido visto.

En la primera parte, cuatro críticos literarios buscan a Archimboldi en sus textos mientras enredan sus vidas, para al fin descubrirlo por las calles de la ya mencionada Santa Teresa, o Ciudad Juárez, da lo mismo. En la segunda, esa misma ciudad ve transcurrir la vida del filósofo Amalfitano –chileno como Bolaño, profesor en la improbable universidad de Santa Teresa, padre de una hija española, también como Bolaño–, donde recuerda a la esposa que lo dejó y piensa cómo sacar de allí a Rosa, su hija adolescente, ante el miedo del contexto social del lugar. En la tercera parte, Fate, periodista deportivo, llega a Santa Teresa para retransmitir un combate de boxeo, pero termina involucrándose en la investigación de los crímenes contra mujeres que ahí están ocurriendo. >>Es el hilo que lleva a la cuarta parte, la de los crímenes, el verdadero pozo negro de la novela: la despiadada y extenuante sucesión de fichas sobre esos asesinatos, y su inútil investigación>>. En la última parte surgirá de nueva cuneta Benno von Archimboldi “sólo para llegar a Santa Teresa” y lapidar la historia del siglo XX, con toda su infamia y todos sus horrores.

2666 está escrita contra la muerte. Quiero decir que está escrita en contra de la muerte, en una serie de relatos encadenados en espiral que, en su inexactitud, sus silencios y su incompletitud, provocan esa sensación de abandono a los crímenes, al dejar de existir, como declara uno de los personajes de la novela: “Nos hemos acostumbrado a la muerte”.

A partir de enero de 1993 comenzaron a contarse los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, cuando en un descampado una niña de trece años –porque eso es lo que era– apareció muerta. <<Pero es probable que no fuera la primera muerta. Tal vez por comodidad, por ser la primera asesinada en el año de 1993, ella encabeza la lista. Aunque seguramente en 1992 murieron otras. Otras que quedaron fuera de la lista o que jamás nadie las encontró, enterradas en fosas comunes en el desierto o esparcidas sus cenizas en medio de una noche, cuando ni el que siembra sabe en dónde, en qué lugar se encuentra>>.[iv]

Quince años han transcurrido desde la aparición del primer cadáver, las autoridades no dan respuesta a tantas interrogantes que surgen y de las que la población exige. La opinión pública no quiere pensar mal; sin embargo el accionar de los altos mandos deja mucho que desear. Por citar sólo una de las “hipótesis” de investigación, decimos que, con el creciente auge en la década de 1990 de los denominados videos snuff,[v] este mercado ilícito ha crecido en proporciones alarmantes, y en los Estados Unidos genera miles de millones de dólares al año y en el resto de los países adquiere cada vez más fanáticos; por ende a muchos beneficia que no se denuncien este tipo de actos ni mucho menos que salgan a la luz pública.

¿Quién puede estar cometiendo tantos asesinatos en aquella ciudad de la frontera, en la que los derechos humanos no son los mismos para los que están al norte del río Bravo en comparación con los que viven al sur? Definitivamente no es un solo asesino.

¿Quiénes pueden cruzar libremente por aquel lugar y no ser señalados? ¿Por qué ni el gobierno mexicano ni el FBI han resuelto nada? ¿Qué secreto se esconde?

En 2666,[vi] Bolaño demostró que podía escribir como nadie o como quien quisiera, combinar la reflexión más abstracta con la más arrebatadora acción en el escenario de la mexicana Ciudad Juárez –disfrazada de Santa Teresa–, con su violencia y sus crímenes sexuales en contra de cientos de mujeres, en los que, como dice un personaje, “se esconde el secreto del mundo”.

Roberto Bolaño fue narrador y poeta; se impuso como uno de los escritores latinoamericanos imprescindibles de nuestro tiempo, <<el más influyente y admirado novelista en lengua española de su generación. Su muerte, a los cincuenta años, es una gran pérdida para la literatura>>, comentó Susan Sontag a los pocos días de fallecer Bolaño.

2666, un asombroso alarde de audacia y de poderío narrativo, donde se mezclan “los moldes y esencias de la mejor narrativa europea y americana para proponerse como una nueva y revolucionaria modalidad de novela total, que combina rasgos de relato detectivesco y de poema épico, de novela de artista y de novela filosófica, de fantaciencia y de reportaje periodístico, entreverado a una frondosa meditación sobre el mal y sobre la muerte, sobre la literatura y la insignificancia y el olvido”, esto en las atinadas palabras de Ignacio Echevarría y que comparto con él.


[i] Premio Herralde de Novela y Premio Rómulo Gallegos; ambos por unanimidad.

[ii] El autor hace referencia a estos años por los sucesos históricos que tuvieron lugar en ellos.

[iii] Amuleto, Roberto Bolaño, 1999, pp. 76-77.

[iv] 2666, Roberto Bolaño, pág. 444.

[v] Son grabaciones de asesinatos reales o de ejecuciones, violaciones, mutilaciones y todo tipo de actos sin la ayuda de efectos especiales o cualquier otro truco en contra de personas.

[vi] Premio Salambó 2004.

Jorge Iván Garduño
Fotógrafo, escritor y periodista mexicano.
jorgeivangg@hotmail.com
 
Este texto ha sido publicado en:
 
Revista «Molino de Letras» noviembre-diciembre 2008.
 
http://efektonoticias.com/cultura/2666-de-roberto-bolano-alli-donde-se-amontonan-tantos-huesos-sin-nombre
 

“El arca de Schindler”

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Era el año de 1993 y en Washington, EE. UU., se firmaba un acuerdo de paz entre Palestina e Israel, como una forma de declaración sobre  acuerdos provisionales para obtener la autonomía dela Organizaciónparala Liberaciónde Palestina (OLP), misma que reconocía a Israel y su derecho a existir.

Ese mismo año, el director de cine Steven Spielberg, llevó a las salas de cine la historia de los mil doscientos judíos polacos que fueron salvados de morir en el Holocausto por un solo hombre –Oskar Schindler–, convirtiéndose en su mejor película, con la cual ganó seis premios Oscar, incluidos los de mejor guión, película, director y banda sonora.

La lista de Schindler, la épica versión cinematográfica, está basada en un hecho real que se encuentra consignado y documentado en el libro del escritor australiano Thomas Keneally (Sydney, 1935), y que de manera inevitable fue eclipsado por la historia rodada por el cineasta norteamericano; comenzando por el título.

El arca de Schindler (1982), título original de la novela de Keneally, da inicio con una <<nota>> del escritor en la que describe su encuentro casual con Leonard Pfefferberg,  uno de los “supervivientes de Schindler”, el mismo que le impulsó a escribir la historia de Oskar Schindler: un industrial, miembro del partido nazi, hombre de enorme astucia y talento para las relaciones públicas.

El libro combina investigación histórica con una reconstrucción imaginativa del complejo y provocativo carácter de Oskar Schindler. En el proceso, Keneally introduce a sus lectores en el mundo de estos judíos condenados por los nazis a una <<vida indigna de la vida>>.

Al mismo tiempo, al tomar la decisión de descubrir el Holocausto, Keneally se adentra en la polémica que rodea al proyecto, no sólo hasta qué punto es <<auténtico>> este retrato de Schindler, sino quién puede prestar testimonio del Holocausto. Entiéndase la controversia literaria sobre quién es El Narrador de El arca de Schindler.

La narrativa de Thomas Keneally refleja, desde un punto de vista crítico, sentimentalismo: su descripción novelística de la historia mediante la vida de un hombre, Oskar Schindler, quien arriesgó su vida para proteger a los judíos que laboraban en su fábrica de Cracovia,la DeutscheEmailFabrik, enla Poloniaocupada por los alemanes.

El arca de Schindler, ganadora del Premio Booker en 1982, es una <<novela>> engastada en el trauma de la memoria europea moderna, un relato que, insiste Keneally, trata de evitar toda ficción.

Ciertamente, todo se ha desenmascarado en este siglo XX, ha mostrado al menos una vez su verdadero rostro, permitiendo palpar la realidad. El soldado se convirtió en asesino profesional; la política, en crimen; el capital, en una gran fábrica equipada con hornos crematorios y destinada a eliminar seres humanos; la ley, en reglas de juego de un juego sucio; la libertad universal, en cárcel de los pueblos; el antisemitismo, en Auschwitz; el sentimiento nacional, en genocidio. En todas partes se trasluce la verdadera intención; los pocos ideales que había, quedaron manchados por la sangre de la cruda realidad. La situación quizá sea tal como la formuló Franz Kafka: sólo nos queda acabar lo negativo; lo positivo ya nos fue dado.

En el libro del escritor australiano, nos podemos dar cuenta (gracias a su prosa vital) del horror que fue el Holocausto para todos aquellos que tuvieran sangre o rasgos judíos, pero lo que no logra Keneally –por lo menos no con todos– es que comprendamos la magnitud del suceso, y no por falta de talento narrativo, más bien por nuestra propia falta de sensibilidad ante la destrucción del hombre hacia el hombre.

Cinco años duró la aparente paz entre los pueblos árabe-israelíes firmada en Washington (1995-1998). El boom del Holocausto continúa dando cintas cinematográficas, libros “espectaculares”, entrevistas y una interminable lista de discursos y disculpas; que sólo se quedan en buenas intenciones.

Las fricciones en Medio Oriente prosiguen, nada ha cambiado. El antisemitismo está más vivo que nunca, sólo que se encuentra políticamente “maquillado”, y a pesar de que los dirigentes no lo acepten abiertamente, hay un odio que va creciendo paulatinamente y al final, por más Oskares Schindler que aparezcan, no serán suficientes.

Thomas Keneally, un narrador fascinado con la reconstrucción de sucesos históricos, como lo hiciera en las novelas Conversaciones del bosque (1975) y Hacia Asmara (1989); una ambientada enla Primera Guerra Mundial y la segunda, describe el conflicto armado de Eritrea, un pequeño y empobrecido país africano de reciente creación al norte de Somalia.

El arca de Schindler, el libro que fue inspiración de una de las películas más elocuentes sobre el genocidio ocurrido en Europa en la primera mitad del siglo XX. La lista de Schindler, la cinta cinematográfica apegada a una realidad descrita en un libro que sobrepasa la imaginación y –dejando a un lado lo propiamente literario– la ficción.

Jorge Iván Garduño
@plumavertical
 
Este texto ha sido publicado en:
 
http://efektonoticias.com/cultura/el-arca-de-schindler-de-thomas-keneally
 

La prosa poética de Gao Xingjian

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La década de 1960 se caracterizó por ser un periodo marcado por los movimientos sociales en diversos lugares del planeta, encabezados por jóvenes idealistas, en su mayoría, muchachos universitarios que en búsqueda de la libre expresión y de crítica al Estado, protagonizaron sucesos históricos recordados por la violencia utilizada por los diversos gobiernos para hacer acallar esas voces.

En México, Francia o China, los años del ’60 nunca quedarán en el olvido, primordialmente por la forma en que gobiernos silenciaron las protestas o inconformidades de sectores amplios de la población y el fondo fue sólo un pretexto para mostrar el rostro de la intolerancia y la ausencia del diálogo. En muy pocos casos fondo y forma responden a un mismo sentido de vida.

Centrándonos únicamente en China, en junio de 1966 surge un movimiento dirigido por Mao Tse-tung conocido comola RevoluciónCultural(1966-1976) que emprendió su andadura bajo el impulso y la protección de los jóvenes <<guardias rojos>>, y que buscaba purgar en aquella nación todos los rastros del Capitalismo y del elitismo a través de un programa que pretendía industrializar y modernizar el país a pasos agigantados.

En 1949 Mao tomó el poder y establecióla RepúblicaPopularChina, desmantelando la compleja estructura gubernamental que se había desarrollado después dela RevoluciónChinaocurrida ese mismo año, también purgó el gobierno de elementos moderados y humilló a intelectuales y funcionarios públicos, enviándolos a trabajar a los campos; el sueño de Mao: “El gran salto hacia adelante”, no tuvo mucho éxito en algunos sectores, ya que se volvió una guerra ideológica y propagandística, la Gran Revolución Cultural se tiñó en numerosas ocasiones de sangre con actos y manifestaciones de violencia a cargo de sus adictos.

Gao Xingjian (Jangsu, 1940), es uno de esos artistas totales que ya no escriben con frecuencia en Occidente y que se vio enfrentado ala Chinade Mao, vivió muy de cerca el colapso que sufrió su país, el cual fue zarandeado, de un extremo a otro, por una ola de hipercriticismo contra todo lo establecido, conforme deseaba Tse-tung y experimentó la presencia del ejército en las calles de Pekín que acabó convirtiéndose en una verdadera masacre, y en el inicio de una dura represión en toda la nación.

De ahí parte la escritura de Gao Xingjian, del alma, de esa represión ocurrida en su país y que la catapulta en cada ser humano, en esa necesidad del <<yo>>, <<tú>> y <<él>>, esa triple encarnación en que nos podemos convertir y que al mismo tiempo buscamos.

La GranRevoluciónCultural es recordada como una época de pesadillas, una realidad excepcionalmente amarga, donde el pensamiento, la imaginación, el diálogo y la reflexión estaban prohibidos a todos los niveles. <<La realidad era cruda, y todavía lo era más la política dentro de esa realidad>>.

Toda persona instruida intelectualmente era reprimida por el sistema de Mao Tse-tung y debía ser enviada a los campos de cultivo, en donde les enseñaban a no pensar, no cuestionar; quienes vivieron este periodo han hecho del pensamiento una forma de vida y del raciocinio una dicha de gran valía.

Gao Xingjian es un chino exiliado en París, que recibió el Nobel de Literatura en 2000 y que escribe con todo detalle y sin tapujos sobre la debilidad de la naturaleza humana y el temor interior que sienten las personas bajo la opresión política; así lo demuestran sus dos novelas más importantes: El libro de un hombre solo y La Montaña del Alma. Libros que hablan desde el interior de Xingjian, con hondura de belleza y simplicidad, que hacen de cada párrafo un poema trágico de la vida; <<muchos de los capítulos de su obra son realmente prosas poéticas filosóficas llenas de una comprensión completa de la vida>>.[i]

En el exilio, la única tabla de salvación para Gao es la creación literaria o artística. Pero no por ello aboga por una “literatura pura”, por una literatura confinada en su torre de marfil, ajena del todo a la sociedad, muy al contrario, entiende la creación literaria como una suerte de desafío que el individuo lanza a la sociedad para poder sobrevivir, lejos de ser malo para él, el exilio en Occidente, le ha proporcionado nuevas referencias que le han servido para librarse de la nostalgia.

Gao Xingjian, el novelista, poeta, dramaturgo, director de teatro y pintor que la Revolución Cultural china nos “legó”, quien busca en su prosa la fluidez de ideas; quien aun en las frases de estructura complicada se esfuerza por dar primacía al oído para transmitir la sensación de la lengua, para evitar que el lector tenga por fuerza que buscar la explicación de cada palabra –esto para quienes gustan del análisis­–.

El libro de un hombre solo, es un texto que nos invita al diálogo interior, a la lectura en voz alta, ejercitando el recuerdo y la realidad, la historia y la existencia, la conciencia y la escritura.

La Montaña del Alma, una novela en que los pronombres personales suplantan a los personajes, las impresiones psicológicas hacen las veces de la trama y los cambios de ánimo regulan el estilo; un texto formado por historias involuntariamente fabricadas, creada a partir de unos escritos a modo de apuntes de viaje que más bien se asemejan a un soliloquio.

En el decenio de 1960, todos los ciudadanos chinos tenían que llevar un ejemplar de las Citas del presidente Mao, conocidas como el Pequeño Libro Rojo. Se publicaron ochocientos millones de ejemplares. En el decenio de 1960, Gao Xingjian comenzó su crítica intelectual en contra dela China Comunista. Hoy día, ha publicado catorce obras de teatro, seis ensayos sobre arte, cinco novelas y fue nombrado Caballero dela Orden dela Legión de Honor por el presidente dela República Francesa.

<<He hecho de la creación literaria un modo de salvación o, mejor dicho, es mi modo de vivir. Escribo para mí mismo; no pretendo contentar a los demás ni transformar el mundo o al prójimo pues ni siquiera puedo transformarme a mí mismo. Lo importante es que hablo, escribo y nada más[ii]>>, sentencia Gao Xingjian.


[i] Liu Zaifu, del epílogo de El libro de un hombre solo.

[ii] Cita de Gao Xingjian.

Jorge Iván Garduño
Fotógrafo, escritor y periodista mexicano.
jorgeivangg@hotmail.com