El futbol es considerado el deporte más popular del mundo, ya que participan en todo el planeta más de 270 millones de personas en esta disciplina, además de los miles y miles de millones de dólares que genera a cada momento; ejemplo de esto serían los altos sueldos que reciben los futbolistas: tan solo una pequeña parte de las ganancias netas.
Pero la verdadera emoción de este deporte está en el campo de juego, donde 11 hombres –o mujeres– deben enfrentarse a igual número de contrincantes teniendo como objetivo golpear con los pies una esfera de cuero que debe cruzar por el rectángulo del equipo contrincante, mismo que funge como meta y se le conoce en el ámbito futbolístico como portería.
Este apasionante deporte es el hilo conductor que utiliza el escritor peruano Santiago Roncagliolo (1975, Lima, Perú) en su más reciente novela La pena máxima (Alfaguara) de este escritor prolífico que se erige de forma inocente y honesta como fábula de la moral humana, convirtiéndose en una afirmación de resistencia y valor a fin de evitar la negación de uno mismo.
El escritor ha dicho que ha querido develar la “doble moral” del Gobierno de Perú ante la Operación Cóndor, que extendió la persecución de opositores políticos de Argentina y Chile a gran parte de Iberoamérica.
Para el autor, La pena máxima devela la reacción “ambigua e hipócrita” de Perú ante la petición de las autoridades de la dictadura militar argentina para que sus fuerzas paramilitares pudieran secuestrar a opositores en territorio peruano con la aclaración de que “no tocaran a ningún peruano”.
Su novela, que está ambientada en Lima, se desarrolla al mismo tiempo que se está jugando la Copa Mundial de Fútbol de 1978.
El autor incluso sugiere que hubo una visita del general Jorge Rafael Videla y del secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, al vestuario del combinado de Perú durante el tiempo de descanso tras la primera parte, que puede resultar determinante en el resultado deportivo.
Argentina necesitaba ganar a Perú por una diferencia de cuatro goles para pasar como líder de grupo a la final, consiguiendo un resultado favorable de 6-0 que le permitió enfrentarse a Holanda y ganar el campeonato.
Roncagliolo ha inspirado a los personajes de esta obra en gente que conoció personalmente, porque como hijo de exiliados había vivido experiencias de gente perseguida que era acogida por sus padres en su casa.
Ocho años después de publicada Abril rojo, Roncagliolo ha rescatado al investigador Félix Chacaltana para contar una historia negra que se desarrolla a la sombra de los crímenes políticos de las dictaduras iberoamericanas a finales de los años setenta.
Pluma magistral la de Santiago Roncagliolo, que con el cincel de su prosa deja marcada el alma de sus lectores, quienes encuentran en La pena máxima una ficción que obliga a reflexionar sobre la realidad vista desde una perspectiva fundamental.
Jorge Iván Garduño @plumavertical Este texto ha sido publicado en: http://efektonoticias.com/cultura/la-pena-maxima-literatura