“Obras completas (y otros cuentos)”, de Augusto Monterroso

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Magnífico escritor que capturó la esencia del alma del ser humano en su literatura. Nacido en Tegucigalpa, Honduras, el 21 de diciembre de 1921, aunque más tarde adoptó la nacionalidad guatemalteca ya que pasó su infancia y adolescencia en aquel país centroamericano y que marcaría su escritura, y falleció en la Ciudad de México, el 7 de febrero de 2003, el fue Augusto Monterroso, célebre por sus relatos breves.

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En innumerables momentos Monterroso afirmó que gracias a la época que vivió durante las décadas de 1930 y 1940 de la Guatemala del  dictador Jorge Ubico alcanzó a desarrollar una voz literaria aguda y perspicaz al desempeñar un activo papel, lo que le llevó a la cárcel al tomar el poder el general Federico Ponce Vaides, pero en septiembre logró escapar de prisión y pidió asilo en la embajada de México.

Tras la revolución de octubre en Guatemala, encabezada por Jacobo Arbenz, Monterroso fue designado para un cargo en el consulado de Guatemala en México, donde permaneció hasta 1953. Tras la caída de Arbenz se exilió en Chile, donde trabajó como secretario de Pablo Neruda, para retornar a México en 1956, país en el que iba a establecerse definitivamente.

Prolífico narrador y ensayista, comenzó a publicar sus textos en 1959, año en que se publicó la primera edición de Obras completas (y otros cuentos) –que ahora se publican en Ediciones Era–, un conjunto de incisivas narraciones fundamentales para leer a Monterroso y comprender las letras centroamericanas y de Hispanoamérica, ya que sobresalen de estos textos su prosa concisa, breve, sencilla por momentos mezclando un magistral manejo de la parodia, la caricatura, y el humor negro.

Es considerado como uno de los maestros de la mini-ficción y, de forma breve, aborda temáticas complejas y fascinantes, con una provocadora visión del mundo en el universo y una narrativa que deleita a los lectores más exigentes, haciendo habitual la sustitución del nombre por el apócope.

Entre sus libros destacan además: La oveja negra y demás fábulas (1969), Movimiento perpetuo (1972), la novela Lo demás es silencio (1978); Viaje al centro de la fábula (conversaciones, 1981); La palabra mágica (1983) y La letra e: fragmentos de un diario (1987). En 1998 publicó su colección de ensayos La vaca.

Augusto Monterroso hizo de la fábula y el cuento su lenguaje, logrando una valorización de estos géneros poco atendidos en nuestras letras antes de Monterroso, siendo su composición: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, está considerada como el micro relato más breve de la literatura universal hasta la aparición de El emigrante de Luis Felipe Lomelí. Siendo incluida en una docena de antologías y traducido a varios idiomas, estudiado en múltiples tesis, e interpretado infinitas veces “como el universo mismo”, en palabras de Monterroso, asimismo cuneta con una edición crítica de Lauro Zavala titulada El dinosaurio anotado.

Le fueron otorgados los premios Magda Donato (1970); Premio Xavier Villaurrutia (1975) por Antología personal; la condecoración del Águila Azteca (1988), por su aporte a la cultura de México; El Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances (1996); Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias» otorgado por el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala (1997); el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (2000) en reconocimiento a toda su carrera.

Tener un acercamiento a la obra de Augusto Monterroso es ahondar en una obra de maravillosa riqueza moral y estética, de verdadera transformación al acervo narrativo del relato breve.

Jorge Iván Garduño

@plumavertical

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